Comentario
La Luftwaffe se componía en 1939 de cuatro Flotas aéreas (Este, Noroeste, Oeste y Sudeste). Cada una de ellas la componía un cierto número de Cuerpos de Ejército y Divisiones del Aire (en los que se hallaban agrupadas las unidades en vuelo, encargadas de la acción ofensiva) y mandos regionales de Aviación, encargados de la defensa antiaérea, organización del personal y material auxiliar, instrucción de reclutas, servicios de abastecimiento, etc..
Una División del Aire integraba varias Escuadras (equivalentes a los Regimientos terrestres), cada una de ellas compuesta por unos cien aviones, divididos en Grupos de a 30 (correspondientes a los Batallones), y estos, a su vez, en Escuadrillas de nueve aparatos (análogas a las Compañías).
Las unidades de vuelo ofensivo podían ser de reconocimiento lejano o próximo (con aviones Dornier 17, Heinkel 70 o Henschel 126), de caza (Heinkel 112 o Messerschmitt 109) o de bombardeo. Estas podían operar contra objetivos extensos (Dornier 17, Junkers 89 y Heinkel 111) o contra objetivos reducidos, que utilizaban aviones especializados en bombardeo en picado (Junkers 87 y 88), llamados Stukas.
Además, integraban la Luftwaffe unidades de transporte aéreo, de transmisiones, de artillería antiaérea y de paracaidistas.
Desde 1938, el Mando Superior conjunto de las Fuerzas Armadas alemanas (Wehrmacht) lo ejercía personalmente Hitler, asistido por el entonces coronel general Keitel, jefe del Alto Estado Mayor (O. K. W.); a cargo del Ejército de Tierra estaba el también coronel general Von Brauchitsch; la Marina de guerra estaba regida por el gran almirante Raeder, y el Ejército del Aire, por el mariscal Göring.
La Aviación francesa estaba dividida en tres categorías: terrestre, marítima y colonial, las tres dirigidas desde el Ministerio del Aire, pero para el cumplimiento de sus respectivas misiones dependían también de algunos ministerios específicos.
La aviación terrestre se organizaba en cuatro regiones aéreas en la metrópoli y una en el África septentrional. Un general de Aviación mandaba cada región aérea. La unidad básica era el Grupo de escuadrillas. Dos o tres de Grupos formaban una Escuadra aérea, y estas se agrupaban, a su vez, en medias Brigadas y Brigadas del Aire.
La aviación colonial se organizaba en cinco mandos aéreos: Levante, Indochina, África occidental, Madagascar y Somalia, cada uno de ellos con medios diferentes.
La aviación marítima la formaban cuatro regiones con cabeceras en Cherburgo, Brest, Berre-Saint Raphael y Túnez, si bien también había destacamentos en las colonias.
El Ministerio de Guerra tenía a su cargo la defensa antiaérea en las zonas que dependían de los Ejércitos. En el interior, ésta correspondía al Ministerio del Aire, mientras que en los litorales la misión recaía en el Ministerio de Marina.
A principios de 1939, las fuerzas aéreas de la metrópoli británica (Royal Air Force) se hallaban integradas por 40 Escuadrillas de caza, ocho de reconocimiento, 57 de bombardeo, 12 de vigilancia de costas y seis de hidroaviones, con un total de 1.751 aparatos. La R. A. F. Era una organización independiente dentro del conjunto de las fuerzas armadas británicas. Sin embargo, la artillería antiaérea dependía del Ejército de Tierra, y existía también una aviación naval afecta a la Marina.
La Escuadrilla (Squadron) era la unidad básica de ambos tipos de aviaciones, formada por dos o tres Patrullas de seis aparatos. Dos o tres Escuadrillas formaban a su vez una Escuadra o Ala (Wing).
Además de la R. A. F. existían las fuerzas aéreas de los dominios y de las colonias, que actuaban de manera autónoma.
Puede decirse que las aviaciones de ambos bandos estaban equilibradas sobre el papel. Sin embargo, la Luftwaffe se adueñaría del cielo europeo de forma absoluta. Su ventaja era abrumadora: buena parte de sus pilotos tenía experiencia militar -España-, su material era superior al de los demás contendientes exceptuando el británico, sus aparatos eran los apropiados para la guerra relámpago que impuso Alemania. La aviación británica, única comparable, peleaba lejos de sus bases (al final de la batalla de Flandes y Francia, sus cazas combatían desde sus bases isleñas, con sólo 20 minutos de autonomía sobre el continente). El adiestramiento en los primeros compases de guerra también era inferior al alemán.
En la batalla de Inglaterra ocurría lo contrario y descubrirían los defectos de la aviación de Göring: cazas con escaso radio de acción para proteger a sus bombarderos, que también tenían ese problema, además de escasa capacidad de carga bélica y deficientes defensas activas y pasivas.
Y no sólo serían esas las debilidades de la aviación del III Reich, que durante el conflicto fue menos numerosa, menos sólida por falta de materiales estratégicos y mal dirigido el progreso aeronáutico, como ocurrió con el primer caza a reacción: Me-262, al que Hitler quiso convertir en bombardero. De todos ellos, el mayor problema fue el de la producción: entre 1940 y 1945 se construyeron 700.000 aviones de todo tipo en el mundo. USA fue el primer productor, con 303.239 aparatos; Gran Bretaña puso en el aire 125.254, Alemania 11.500... Por bloques, los aliados construyeron 284.000 y el Eje apenas alcanzó los 200.000.